Dogmatismo y escepticismo
Dogmatismo se refiere, de un modo general, a la tendencia de asumir ciertos principios o doctrinas de un modo absoluto y tajante, sin admitir cuestionamientos.
La palabra dogmatismo es un sustantivo masculino que proviene del latín dogmatismus, y se compone de "dogma", 'principio', 'pensamiento', y el sufijo -ismo, que indica que se trata de una doctrina, sistema, escuela o movimiento.
Dentro de otras áreas de conocimiento, como las ciencias, suele hablarse de dogmatismo para referirse a una serie de postulados o principios que son innegables.
En filosofía, el dogmatismo encuentra su cara opuesta en el escepticismo, siendo que el primero representa la disposición a priori hacia la aceptación de verdades establecidas, y el segundo afirma su autoridad en la capacidad de dudar y cuestionar constantemente. En este sentido, el escepticismo consideraba como “dogmáticos” a todos aquellos filósofos que admitiesen cualquier verdad más allá de la experiencia, y criticaba la ingenuidad de quienes mostraban una adhesión incondicional a dogmas o creencias de sentido común sin fundamentación crítica.
Racionalismo y Empirismo
El racionalismo es un movimiento que tiene a la razón como pilar y sostén. Esta filosofía, surgida en el siglo XVII y con manifestaciones en diversas ramas del arte, sostiene que el raciocinio es la principal herramienta para generar saber, dejando a la percepción y la experiencia en un segundo plano.
El filósofo francés René Descartes suele ser señalado como el padre del racionalismo. Para Descartes, la razón era la vía para acceder a verdades universales de las cuales se desprendían todos los demás conocimientos de la ciencia.
No obstante, además de la figura de René Descartes, no podemos pasar por alto la existencia de otros ilustres pensadores que también abogaron por el racionalismo y que lo llevaron a su máxima expresión y estudio. Así, destacan especialmente tanto el alemán Gottfried Wilhelm Leibniz (1646 – 1716), que está considerado como “el último genio universal” y que llevó a cabo interesantes obras como “De ars combinatoria”, como el filósofo holandés Baruch Spinoza (1632 – 1677). Este ha sido calificado por muchos como el “padre del pensamiento moderno” y legó trabajos de gran calado como “Tratado teológico político” o “Principios de la filosofía de Descartes. Pensamientos metafísicos”.
El concepto de empirismo se utiliza para describir el conocimiento que nace de la experiencia. También se trata de una estructura de tipo filosófico basada, justamente, en los datos que se desprenden de toda experiencia.
En este sentido, podríamos establecer que el empirismo se sustenta básicamente en dos principios fundamentales. Por un lado, lleva a cabo la negación de la absolutización de la verdad, estableciendo además que el hombre no puede acceder a la verdad absoluta. Y por otro lado, deja patente que toda verdad debe ser siempre puesta a prueba dando lugar a que, a partir de la experiencia, aquella se pueda modificar, corregir o desamparar.
Realismo
Cabe resaltar que el realismo también identifica una doctrina filosófica que se caracteriza por resaltar la existencia objetiva de los conceptos de carácter universal. Desde la perspectiva de la filosofía moderna, el realismo constituye un saber basado en la idea de que los objetos que pueden percibirse a través de los sentidos poseen una existencia que resulta independiente respecto de ellos mismos.
Positivismo
Se conoce con el nombre de positivismo a una estructura o sistema de carácter filosófico que está basado en el método experimental y que se caracteriza por rechazar las creencias universales y las nociones a priori. Desde la perspectiva de los positivistas, la única clase de conocimientos que resulta válida es el de carácter científico, el cual surge de respaldar las teorías tras la aplicación del método científico.
Cabe resaltar que el desarrollo del positivismo está vinculado a las consecuencias de la Revolución Francesa, que transformó al ser humano y a la sociedad en objetos de estudio científico. Esta novedad requería de una nueva epistemología para legitimar los saberes obtenidos.
IDEALISMO
El idealismo de perfil filosófico, por lo tanto, sostiene que la realidad que se halla fuera de la propia mente no es comprensible en sí misma, ya que el objeto del conocimiento del hombre siempre es construido a partir de la acción cognoscitiva.
El idealismo es una de las dos tendencias fundamentales en filosofía, que en la solución del problema sobre la relación entre el ser y el pensar por oposición al materialismo, considera primario la conciencia, el espíritu, negando que éstos sean un producto de la materia. El idealismo considera el mundo como la encarnación de una “conciencia”, de una “idea absoluta”, de un “espíritu universal”. El idealismo afirma que “sólo nuestra conciencia tiene una existencia real y que el mundo material, el ser, la naturaleza, sólo existen en nuestra conciencia, en nuestras sensaciones, en nuestras percepciones, en nuestras ideas”
Conocimiento válido
El conocimiento es un conjunto de representaciones abstractas que se almacenan mediante la experiencia o la adquisición de conocimientos o a través de la observación. En el sentido más extenso que se trata de la tenencia de variados datos interrelacionados que al ser tomados por sí solos, poseen un menor valor cualitativo.
El concepto de validez aparece en distintos contextos. En el terreno de la lógica, la validez de un argumento es la propiedad que se evidencia cuando la conclusión está implícita en las premisas. Es importante tener en cuenta que un argumento puede ser deductivamente válido, aunque su conclusión no sea verdadera.
Características del conocimiento valido
1. Racionalidad. El conocimiento es fruto de la actividad superior del hombre.
2. Objetividad. Es una representación real, sin alteración ni deformación del objeto, haciendo referencia a sus características y cualidades.
3. Necesidad. La idea o representación del objeto no puede ser de otro modo de cómo el objeto es.
4. Universalidad. El conocimiento es válido en todo espacio y para todos los sujetos, con sus propias particularidades.
5. Verificable. Todo conocimiento está sujeto a comprobación, ya sea por demostración (racional) o por experimentación (empírica).